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domingo, 16 de marzo de 2014

¿Eres consciente de tu nivel de consciencia? - Artículo Inédito


¿Eres consciente de tu nivel de consciencia?
A últimas fechas se habla mucho del despertar de la consciencia y de elevar el nivel de la misma, pero queda como vacío el marco de referencia que nos sirve para ubicar en dónde nos encontramos ahora mismo, y por ende, conocer el camino qua aún nos falta recorrer para lograr un desarrollo pleno de ésta.
Algunos autores como Carl Gustav Jung, Alejandro Jodorowsky, Fernando Malkún, etc, han hecho el esfuerzo de clasificarla en sus diversas etapas, pero su falta de difusión, ha dado como resultado que sólo los terapeutas muy especializados las conozcan.

En ánimo de que todos podamos servirnos de ellas como mapa de camino, en esta ocasión las abordaremos, puntualizándolas con una explicación breve de cada una y con ejemplos sencillos para facilitar la ubicación personal.

Existen 5 grandes grupos de niveles de consciencia: El animal, el humano,  el espiritual, el cósmico y el divino. El humano, por ser el nivel al que pertenecemos naturalmente, tiene 5 sub-niveles y la inmensa mayoría de habitantes de nuestro planeta, tal vez por ignorancia, se encuentran atascados en uno de esos, sin conseguir escalar más allá de los mismos.
I-La Consciencia Animal.  Este nivel es sólo de supervivencia. Los problemas habituales son de territorialidad. Sólo se procuran las necesidades básicas. Aquí impera la ley del más fuerte. Un ejemplo de esto sería un mercenario a sueldo. Quienes habitan este nivel, se conforman con lo mismo que se siente bien cualquier animal silvestre. Comen, duermen, defecan, tienen sexo a placer y son defensores violentos de aquello que consideran su territorio.

II-La Consciencia Humana.
a-La conciencia infantil. Toda la industria del entretenimiento, está dirigida a los que primordialmente habitan este nivel. Aquí sólo se trata de jugar, de pasársela bien, de entretenerse de la forma más hedonista posible. El que se ubica en este lugar, se convierte en un consumidor compulsivo. Mientras tengan sus formas de diversión (hoy en día casi siempre electrónicas), los otros aspectos de la vida les tienen sin cuidado y por supuesto, evitan el crecimiento personal por todos los medios, refugiándose en su isla de entretenimiento. Se convierten en niños a perpetuidad.

b-La consciencia adolescente. El personaje de este nivel, busca por sobre todas las cosas ser admirado y amado. Invierte importantes sumas de dinero en su apariencia personal. Es un romántico empedernido que le encanta pedir sin dar nada a cambio. Vive en perpetua búsqueda de la pareja ideal, lo cual ubica como el pináculo de su realización. Buscan incesantemente encontrar a su “media naranja” para sentirse completos. Constantemente tratan de rebelarse al mundo y tienden a integrarse a un pequeño círculo social.
c-La conciencia de adulto egoísta. La principal característica de este personaje, es que siempre busca hacer negocios lucrativos aprovechándose invariablemente de los niveles inferiores (infantil y adolescente). La vida no tiene sentido para él si no está cultivando buenos dividendos. Preserva a toda costa la propiedad privada y la seguridad. Siempre está a la defensa de sus propios intereses. Busca el poder como forma de vida. No le importa en lo más mínimo perjudicar a quien sea con tal de obtener utilidades. Todo es razonamiento, nada es corazón. Su nivel de empatía es tan bajo que casi es inexistente, a diferencia de su egoísmo que se inflama hasta convertirlo en explotador y le permite abusar de quien él considere.

d-La conciencia social altruista. El altruista ha logrado aprender a compartir todo lo que puede. También sabe recibir, que es el otro extremo de ese estado. Su conciencia ha subido del nivel “competitivo” al nivel “compartido”. Ahora comprende la importancia de dar un servicio. Ya sea con su carrera o con su negocio, o cual sea su fuente de ingresos, siempre busca beneficiar a quienes están a su alrededor. Procura siempre que cualquier nuevo proyecto que emprenda, represente un beneficio tanto para él, como para los demás, si no, carece de sentido.
e-La conciencia social planetaria. Cuando se llega a este nivel, se ha descubierto que la tierra es un ser vivo, y que comportarnos de una forma ecológicamente responsable, no sólo nos beneficia a todos, sino a nuestro amado planeta también. Existe un gran respeto a la vida animal. Comprendemos aquí que no podemos ser indiferentes a los problemas que afectan al mundo, porque nos sentimos parte de él, y aunque sea como esfuerzo personal, procuramos aliviarlos.

III-La Conciencia Cósmica. En este estado comprendo que no somos la única forma inteligente de vida en el Universo, independientemente de que los paradigmas imperantes lo acepten o nó. Entiendo que formamos parte de un pequeño planeta que gira alrededor de un sol y que estamos dentro de una galaxia que no es más que una ínfima partícula del universo conocido. Me siento parte de algo tan inmenso, que me hace ver mis problemas cotidianos como algo sumamente insignificante. Descubro que existen leyes naturales que lo rigen todo y procuro observarlas en mi día a día para propiciar que mi vibración se encuentre en armonía con toda la creación.
IV-La Conciencia Espiritual. Aquí comprendo que soy un ser espiritual con existencia humana, no al revés. Descubro que la vida es una escuela donde vengo a recibir lecciones pendientes que mi alma precisa para lograr trascender y elevarse. Mi cuerpo es sólo el templo donde habita mi alma y mi personalidad es solo el personaje que me tocó interpretar para aprender actuando, en todas las circunstancias con las que me encuentro a lo largo de la vida. Independientemente de cualquier creencia religiosa, sé que para lograrlo, he vivido una sola vida en muchos cuerpos y que sigo en proceso de aprendizaje, porque todo en el universo se logra por merecimiento. Me rijo por la intuición, porque la valoro como un susurro sutil de mi espíritu. Logro entender que todas mis necesidades, son en realidad necesidades de mi cuerpo y mis supuestos “problemas” terminan junto con su muerte. Por ello, comprendo que la muerte es sólo una transición entre estados de consciencia y que las satisfacciones y las cosas que dejé de hacer y pude haber hecho, serán mi único equipaje cuando me vaya de este plano. Me despojo del concepto de “injusticia” porque entiendo que no hay causa sin efecto, ni efecto sin causa. Entiendo también que todo lo que le hago a mi prójimo, me lo estoy haciendo a mí mismo, porque en realidad la separación es sólo aparente  y todos somos uno.

V-La Conciencia Divina. Descubro que todo en el Universo es una expresión de amor. Yo soy amor y el amor está en mí. Este nivel ha sido alcanzado por muy pocos, entre los que encontramos a Cristo, Buda, Mahoma, Hermes Trismegisto, entre otros. Aunque es muy difícil tratar de describir un estado que nos queda algo lejos a los humanos, si podemos intuir y tratar de tener una perspectiva desde nuestra limitadísima percepción. Aquí, sabemos que todo procede de una fuente que se le puede llamar de cualquier manera, y que nuestra propia consciencia se alimenta de ella. Nos sabemos la pequeña gota de agua, sintiéndose que forma parte del vasto océano. Encontramos que todo lo que hemos tenido que pasar, tenía como fin el regreso a casa, la fusión con la fuente divina, y que en la medida que habíamos permanecido alejados de ella, era que permitíamos que la oscuridad penetrara en nuestra existencia infinita.
La forma en que ves al mundo, a tu vida ya a tus circunstancias, está determinada por tu nivel de consciencia. No es mejor quien tiene un nivel diferente de otro, porque de alguna manera, todos ellos son escalones en el camino de la elevación, sin embargo, conocerlos te sirve para entender en qué nivel estás  y comprender a quienes te rodean.  La idea es que no dejes de dirigirte hacia arriba.