Sentencia Previa: Las profecías
autocumplidas
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Aunque allí
se hablaba de ciencia ficción, en la vida real ocurre algo que tiene un
paralelo con esa película. Me refiero a las Profecías Autocumplidas (PA), que
son el camino asegurado al fracaso, en cualquier situación que se les
encuentre. Tal como en la película una PA es una “sentencia previa” aplicada a
un evento que se está desarrollando o está por aparecer, y que tiene un
catastrófico final anunciado desde antes de concluirse.
Este
concepto es un aporte del sociólogo Robert K. Merton que define la PA como: “La
profecía que se autocumple es, al principio, una definición “falsa” de la
situación que despierta un nuevo comportamiento, que hace que la falsa
concepción original de la situación se vuelva “verdadera”. Esto es: Se me presenta una situación
cualquiera y mis pre-juicios la definen falsamente, lo que me lleva a
comportarme de forma huraña ante ella. Ese comportamiento provoca que mi falsa
definición inicial se convierta en verdadera, perdiendo de vista que fue mi
actitud previa lo que lo ocasionó.
Es el caso
donde, el resultado es invariablemente malo y aparece el razonamiento: “Claro,
pero si yo ya sabía que así iba a terminar. Siempre ha sido así…” Es una astuta trampa del ego para darnos
razones que sustentan lo que desde antes sospechábamos que podría ocurrir. Es
el pre-juicio que genera el resultado no deseado, para confirmarse a sí mismo.
Al sentirse
descubierto, el ego se defiende funda-mentando, o sea poniéndole una “funda
mental” al hecho, para mantener su postura catastrofista. “Si siempre ha ocurrido
lo mismo en experiencias pasadas ¿por qué ahora será diferente? Tengo que
escuchar a la voz de la experiencia que me dictamina que volverá a ocurrir una
vez más”. Esta es la percepción actuando
en contra de nosotros mismos. Lo que el ego pasa por alto, es que si el evento
fue negativo en el pasado, también fue causado por el mismo pre-juicio que
ahora esgrime como prueba.
Cuando
desestimamos o aún, ignoramos el poder que tenemos para controlar nuestra
propia realidad, las PA conforman la semilla de lo que habremos de obtener y
que perceptualmente, nos ubica como víctimas de las circunstancias. Y bien
podríamos afirmar que las circunstancias son el efecto necesario de los
pensamientos, las palabras y los
sentimientos que los precedieron, asegurando así un resultado invariablemente
malo. Nuestra certeza es tan determinante e irrevocable, que el efecto adverso
aparece ante nuestros ojos de forma necesaria. Es como rezar para que las cosas
malas nos ocurran.
De la
actitud que tomemos para abordar cualquier evento que se nos presente, ésta
determinará su resultado por consecuencia. Las PA están basadas en el miedo a
lo desconocido y por tanto, en el miedo al éxito. Si desconozco como es lidiar
con el éxito, prefiero quedarme cómodamente en mi zona de confort, donde los
fracasos los he manejado siempre como viejos conocidos.
Las PA se
presentan como algo de lo que tendremos que aprender a enfrentar, si
verdaderamente queremos lograr realizar cosas valiosas en la vida. Dentro de
nosotros habita un juez implacable que le encanta juzgarnos por todo lo que hacemos
o dejamos de hacer, y cuando eso no es suficiente para desanimarnos, nos dicta
“sentencias previas” sobre lo que queremos emprender, asegurándonos que todo
saldrá mal y condenándonos de antemano por ello.
Comprender
todo esto no basta, nuestra fortaleza y astucia deben ser utilizadas para
lograr bloquear la tendencia al prejuicio de la que se vale el ego para
sacarnos del camino hacia la realización de nuestros sueños, si es que
verdaderamente aspiramos a lograrlos.
¡Que tengas
un magnífico fin de semana!
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