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domingo, 9 de octubre de 2011

El Miedo al abandono – Primer miedo universal - publicado el 9 de Octubre de 2011

El Miedo al abandono – Primer miedo universal

La semana pasada tratamos el tema de los tres miedos universales. Lamentablemente, el espacio de esta columna no permite ampliar una cuestión tan importante en un solo artículo, así que a partir de hoy, veremos cada uno de ellos con más detalle.
El miedo al abandono es aquel que nos lleva a soportar una cantidad de situaciones incómodas con tal de no quedarnos “solos”, o sentirnos desplazados. Se puede presentar en cualquier tipo de relación que tengamos, tanto de trabajo, de amistad, de pareja o de familia.

Este miedo se manifiesta como una dependencia enfermiza de la voluntad de otra persona para conmigo, de si decide mantenerme o no, dentro de su mundo. Es decir, estoy a expensas de su voluntad, lo que me convierte en una “máquina de tolerar”.  Este hecho se puede constatar por ejemplo, en gran cantidad de matrimonios que tienen una relación que deja mucho que desear pero que se sobrelleva porque “más vale malo por conocido que bueno por conocer”.

Lo primero que hay que analizar es el concepto de “soledad”. La mayoría de la gente cree que estar solo depende de sus circunstancias, esto es, si alguien los acompaña, no están solos y si no, sí  lo están.  Eso es un error común, porque la soledad es una actitud y no una condición. Por ejemplo: puedes estar en un estadio acompañado por diez mil personas y sentirte solo, o bien, puedes estar acampando sin compañía y sentirte pleno y libre. Finalmente todo se reduce a una elección voluntaria, ¿cómo quieres sentirte? Aunque no haya nadie a tu alrededor, siempre está tu presencia contigo mismo y eso es todo lo que necesitas.
Cuando decides acompañarte de alguien, que sea porque disfrutas su compañía, nunca por que la necesitas o porque si no cuentas con ella, no estás a gusto o no te sientes pleno. Bajo ninguna circunstancia le debes otorgar el poder a alguien más de que controle tu bienestar. A la única persona que le corresponde hacerlo, es a ti mismo, única y exclusivamente.

También existe otra consideración que hacer, “A lo que te resistes, persiste”. Si te la pasas sintiendo que en cualquier momento te pueden abandonar, esa actitud, lo único que generará son más y más razones para sentirte en riesgo y actuando en consecuencia. Tienes que aprender a respetar la decisión de las personas que te rodean, de querer alejarse de tu lado en un momento determinado. La vida no es estática, es dinámica, y por tanto las personas también lo somos. Lo que hoy es bueno para mí, el día de mañana puede hacerme daño y viceversa.
Para poder tomar lo que la vida nos quiere dar, tenemos que abrir las manos para recibirlo y abrir las manos implica soltar aquello a lo que nos aferramos tan desesperadamente. Tenemos que fluir con el continuo río de la existencia y aprender a aceptar el orden cósmico que va más allá de nuestro entendimiento y que, en última instancia, siempre actúa en nuestro beneficio, aunque de momento las situaciones parezcan adversas.

Si alguien te abandona, puedes estar seguro que es porque algo mejor y más apropiado viene a tu encuentro. Deja que las personas que se quieran retirar de tu presencia lo hagan en paz y abre tu corazón para albergar nuevas relaciones, que también llegado el momento, podrán concluir cuando las lecciones mutuas hayan sido asimiladas por nuestras almas. Somos seres espirituales experimentando el mundo físico y el aprendizaje interior es lo único que trasciende junto con nosotros.
Por otra parte, señalábamos que los miedos son en realidad deseos enmascarados. Pregúntate: “¿para qué me aferro a este miedo? ¿por qué no lo suelto? ¿qué retribución emocional me aporta conservarlo?” Contestándote eso, podrás descubrir qué es lo que hay en realidad detrás, qué es lo que te mueve a conservar ese miedo.

Vive siempre sin temor al abandono, porque aunque no haya nadie a tu alrededor, siempre te tendrás a ti mismo.
¡Que tengas un feliz fin de semana!




1 comentario:

  1. Este es un miedo muy arraigado en el ser humano...creemos que siempre necesitamos estar acompañados de alguien para ser felices. En mi forma de ver la vida, pienso que el calor humano, la compañía de un ser especial en tu vida, es muy importante pero no es esencial. Muchas veces,x miedo al abandono, preferimos no vivir y no experimentar una situación. Yo pienso que vale la pena hacerlo, creo que el universo sólo te da cosas buenas, experiencias que de una forma u otra te harán crecer y madurar. No digo que no duela un abandono pero el haber vivido la experiencia vale mucho más que eso. Esos momentos vividos no tienen precio!

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