Este sitio te permitirá acceder a los artículos de Rigo Vargas publicados en el periódico "El Sol de León", en la columna del mismo título

domingo, 24 de junio de 2012

La verdadera función de los obstáculos - publicado el 24 de junio de 2012


La verdadera función de los obstáculos

Si has tenido la curiosidad suficiente para analizar los eventos que te han ocurrido a lo largo de tu existencia, ya te habrás dado cuenta que presentan ciertos patrones que son fácilmente detectables cuando los revisas en retrospectiva. Hay veces donde todo parece salirte bien a la primera y hay otras donde ocurre todo lo contrario.

No por nada, el resultado de la observación de esto ha generado estudios profundos como lo es el biorritmo, que nos reporta de una manera gráfica, los momentos cuando las células de nuestro cuerpo se están renovando y ello repercute en falta de energía vital al hacer cualquier cosa que nos propongamos. Conociendo estos períodos en los que nuestra aptitud no es óptima, podemos evitar embarcarnos en situaciones que tienen pocas probabilidades de arrojar un resultado positivo para nosotros.

Lo que es muy interesante observar, es que aun biológicamente, hay momentos que nos son propicios para llevar a cabo lo que queremos hacer y otros que no lo son tanto. Si nos detenemos a observar para dónde va el “viento” que mueve nuestra embarcación, podremos sacar provecho del mismo y utilizarlo como fuerza de empuje en lugar de oposición o resistencia.

Si estás trabado en la parte teórica, tal vez sea momento de buscar la práctica; si tu enfoque es activo y no funciona, prueba ahora con un enfoque pasivo; si todos tus intentos  han fallado, puede ser que sea momento de probar otros caminos. Lo único que es imprescindible es que no pierdas de vista hacia dónde quieres llegar, para no cesar de dirigirte.

Por ejemplo, quieres iniciar un negocio de un giro que es algo nuevo para ti, inexplicablemente todas las puertas parecen estar cerradas y los elementos necesarios para integrarlo, parecen eludirte. Esa vivencia bien puede ser una forma del universo de informarte que si quieres que ese negocio nazca y florezca como lo esperas, te falta preparación para poder manejarlo adecuadamente. En ese instante tus esfuerzos deben ser redirigidos hacia la parte teórica. Al tomar esa determinación, mágicamente te empiezas a encontrar con libros, cursos, revistas que hablan al respecto. Te preparas a fondo y al volver a la parte práctica, notas que ahora sí, todo se te facilita. 

Todo  lo que en un momento fue una traba, ahora se convirtió en un trampolín hacia tu objetivo, gracias a haber atendido y entendido a las fuerzas que en ese momento te rodeaban y que parecían obstaculizar tu camino, cuando lo único que hacían es indicarte hacia dónde debías dirigirte.
En caso contrario, cuando te propones hacer algo y comienzas a caminar hacia su realización, y todo te sale bien, de forma fácil y sencilla, no debes dudar que vas por el camino correcto. Todas las vías parecen despejadas para que las transites fácilmente.

No quiero decir que cuando los eventos no son propicios para realizar tu objetivo, debas abandonar la búsqueda de su manifestación, simplemente tienes que buscar varios ángulos de aproximación hasta encontrar el adecuado, el que facilite la obtención de tu objetivo. 

Si tomas en cuenta las fuerzas presentes en cualquier situación, pronto caerás en la cuenta que todo aquello que parece un obstáculo, en realidad es un indicador de la ruta a seguir. Lamentablemente la mayoría de las personas tienden a reaccionar negativamente cuando éstos se les presentan, ignorando el enorme servicio que les están proporcionando. 

Si así lo deseas, los obstáculos también pueden ser percibidos como pruebas que el universo te presenta, para ver que tan dispuesto estás a reclamar tu premio, que invariablemente se esclarece en cuanto el obstáculo se desvanece. Nunca estuvo ahí para frenarte, sólo para redirigirte. Ahora que lo sabes ya nada podrá detenerte.

¡Que tengas un extraordinario fin de semana!

domingo, 17 de junio de 2012

El origen de tus deseos - publicado el 17 de junio de 2012

El origen de tus deseos

Uno de los aspectos más interesantes con los que me he topado, es el descubrimiento de desde dónde provienen los deseos que dirigen la brújula de nuestra vida. Es muy común que cuando queremos algo, no nos preguntemos por qué lo queremos y si realmente es un deseo que emerge de nosotros o es inculcado por la sociedad, la escuela o la familia.
Cuando una persona se queja de alguna condición, es común escuchar que sus aspiraciones se limitan a lo que enuncian de la siguiente forma, “A mí sólo me gustaría tener una vida normal”, pero ¿qué es lo “normal”? Lo que está regido por las normas establecidas y ¿quién establece las normas?, ciertamente no soy yo quien lo hace. Yo la única prerrogativa que tengo es ceñirme a ellas.

La escuela y la sociedad nos han enseñado que una vida “normal”  es tener una casa y un auto, formar una familia, tener un buen trabajo y una buena salud debidamente respaldada por instituciones médicas.
Es tan arraigado el concepto de que aquello constituye la “normalidad”, que cuando alguien voluntariamente se sale de esos lineamientos y vive los propios, es inmediatamente señalado y rechazado, muy al estilo de lo que le ocurre a Juan Salvador Gaviota en el extraordinario libro de Richard Bach.

La familia constituye otro factor importante en la implantación de deseos. Es altamente común que un hijo sacrifique sus propios deseos en aras de realizar los que los padres tienen sobre ellos. Es como si los hijos fueran la culminación de su vida incompleta. El único resultado de esta ecuación, es que el hijo vive insatisfecho y no realizado, con tal de sentirse digno del cariño de sus progenitores.
Tengo una buena amiga que a pesar de ser una mujer muy atractiva, ha decidido no casarse y la maternidad no es algo que le llame la atención. Sus padres la tunden con consejos y reprimendas además de que toda su familia siempre la está importunando con la misma pregunta. “¿para cuándo te nos casas?”. A ella le encanta su libertad y me dice que no nació para estar atada a un concepto que no la convence. Le gusta viajar, tomar cursos de las cosas que le apasionan, y eso no lo podría hacer si tuviera responsabilidades en un hogar. Vive su elección libre y soberana, por lo cuál merece toda mi admiración.

Existen dos formas de averiguar si un deseo es realmente mío o no. La primera es clarificarlo. Ver que hay detrás de aquello que quiero y qué retribución emocional recibo al lograrlo. Si por ejemplo yo quiero comprar un automóvil, la justificación para hacerlo sería que necesito un transporte para trabajar, que ahorro en taxis y camiones, que así no molesto a nadie, etc. Para clarificarlo, necesito hacer un análisis más profundo, que consiste en buscar la ganancia emocional y así des-ocultar el verdadero origen del deseo. Entonces me doy cuenta que en realidad quiero el carro para demostrarle a los demás que soy capaz de ser autosuficiente y por tanto, digno de ser amado.  Por lo que debo comprender que YA soy digno y no necesito un auto para merecer el amor de los demás.
La otra forma de saber si el deseo proviene de mí, es cuando lo realizo. Si finalmente pude comprar esa casa o ese auto, conseguir ese trabajo, salir con esa persona, etc. y el grado de felicidad es efímero y termina más pronto de lo que le llevó comenzar, entonces el deseo no era realmente mío. Eso es un estado de insatisfacción prematura. Este comportamiento lo podemos ver claramente en los niños, después de que han recibido el juguete que tanto deseaban, les aburre muy pronto y terminan arrumbándolo. Para evitar que eso pueda ocurrirte, es mejor clarificar desde antes y no hasta que hiciste tantos esfuerzos que acaban sirviendo para nada. Es más frustrante.

Cuando el deseo es legítimamente tuyo, te invade una gran felicidad a cada paso que das hacia él, es como si hubieras nacido para eso y te sientes más allá de lo que cualquier persona de tu entorno, aun con buenas intenciones, pueda opinar. Te sientes pleno.
Es muy importante que aprendas a vivir haciendo lo que a ti te gusta, no lo que los demás esperan que te guste. Planta tus propias semillas y recoge tu cosecha satisfecho, sabiendo que es tu elección personal. Después de todo, es tu realización lo que está en juego.

¡Que tengas un hermoso fin de semana!

domingo, 10 de junio de 2012

El arte de escuchar "entre líneas" - publicado el 10 de junio de 2012

El arte de escuchar “entre líneas”

Hoy en día, se ha puesto de moda el estudio de las intenciones ocultas de una persona, a través de sus gestos y reacciones ante una situación dada. A esta ciencia se le conoce por varios nombres, lenguaje no-verbal, lenguaje gestual, corporal, etc. Tal como lo presenta la serie televisiva “Lie to me” (Miénteme), existen expertos que, debido a su entrenamiento, son capaces de detectar cuando no hay congruencia entre lo que una persona habla y lo que realmente piensa, gracias a la observación y análisis profundo de sus gestos y expresiones mínimos, los cuales los delatan. 

Sin embargo, existe una forma mucho más sencilla de descubrir qué es lo que hay oculto en la mente de un individuo. Esta es, aprender a desarrollar el arte de escuchar. Y sirve tanto para develar a otros como a nosotros mismos. Normalmente creemos tener muy claras las ideas en nuestra mente, pero basta con que intentemos ponerlas en palabras, para darnos cuenta que no es así.

Por ejemplo: Si ahora mismo se te apareciera un genio que te ofrece concederte un solo deseo ¿qué le pedirías? Si haces esa pregunta a tus amigos, encontrarás que casi nadie la puede contestar sin titubear un rato, cuando se supone que todos tenemos muy claro lo que queremos en la vida. (Por cierto, si eso te llegara a ocurrir, le podrías pedir “Que todos mis deseos se cumplan de hoy en adelante”).

Más aún, si le preguntas a alguien que te diga en una frase lo que quiere lograr en la vida, y luego le pides que vuelva a hacerlo, notarás que en ambos casos la frase es diferente. Lo mismo ocurriría con una tercera y cuarta vez. Siempre habrá variaciones de una a otra.

Eso es evidencia de que aunque parezca que tenemos muy claras las ideas de nuestros objetivos en la vida, al hablarlas nos damos cuenta de que lo que pronunciamos, no es reflejo fiel de lo que pensamos. El único efecto posible de tal desorden, es que los resultados que obtenemos, tienden a ser caóticos y difusos, debido a que provienen de un lugar que está en condiciones similares: la mente.

Es como si abordaras un taxi y le dijeras al chofer: “Por favor lléveme al aeropuerto….no, mejor lléveme a la central de autobuses….no, mejor a mi casa…  Tu confusión hará que el taxista se ponga de malas y hasta te conteste algún improperio.

No es lo mismo “lo que dijiste”, de “lo que quisiste decir”. Cuando no concuerda tu deseo con lo que sale de tu boca, el universo se polariza hacia esto último, trayendo a tu vida cosas que tanto te pueden beneficiar como perjudicar, según hayas decretado. Por ejemplo, el caso de la mujer que se queja de que sólo se le acercan hombres casados, cuando ella lo que quiere es “tener una pareja”, y la está obteniendo con éxito, pues le llegan hombres que son “pareja” de alguien más. Es diferente si enuncia “Encontraré un hombre con quien formar una pareja”.

También podemos anotar el ejemplo de aquel que se está quedando calvo y se queja, “He tratado de que me salga el pelo con tantos remedios y ninguno me ha funcionado”. Pues para efectos de la psique de ese individuo, su enunciado ha tenido una materialización muy efectiva. Cuando te digo que “salgas” de un lugar ¿qué haces? Te vas de ahí. O sea, para el subconsciente de esa persona, él quiere que el pelo “salga”, que se vaya, lo cual ha conseguido con mucho éxito. El enunciado correcto sería decir, “Voy a propiciar que me nazca pelo nuevo”.

Existe el caso de una amiga que todos los días decretaba tener “salud radiante” y a causa de un cáncer que padeció, le tuvieron que aplicar radiaciones para tener salud. Sus deseos fueron realizados, pero no en la forma que ella esperaba.

Si por ejemplo un enamorado le dice a su novia: “Me gustaría que tu y yo pudiéramos estar juntos toda la vida”, su subconsciente está diciendo que en realidad él se conforma toda la vida, con “poder” estar juntos, no con “estar” juntos realmente. Su psique deja ver que su intención es sólo en potencia y no en efecto. Muy diferente sería si le dijera: “Quiero que estemos juntos toda la vida”.

No quiere decir todo esto, que si no dices “bien” lo que quieres, no lo vas a obtener, simplemente te va a costar mucho más trabajo, debido a que tus esfuerzos se dividen, entre lo que tu deseas y lo que tu subconsciente realmente quiere. En última instancia, aprender a escuchar lo que tanto tú como los demás dicen, en lugar de lo que quisieron decir, te va a abrir un campo infinito de percepción en la vida cotidiana, lo cual tendrá como consecuencia, de una forma u otra, el aumento de tu nivel de consciencia. 

¡Que tengas un extraordinario fin de semana!

domingo, 3 de junio de 2012

Cuando el pasado te acecha - publicado el 3 de junio de 2012

Cuando el pasado te acecha

A medida que nuestra vida se va desarrollando, es inevitable que nos ocurran vivencias que no son agradables. Al fin y al cabo, todas ellas han sido necesarias para traerte aquí y ahora, y si no fuera por todo lo que has pasado, no estarías en la situación actual en que te encuentras, sea cual sea.
La tendencia natural es olvidar los sucesos que consideramos negativos y  recordar sólo las cosas buenas que acontecieron cuando vivimos aquello. La mente consciente filtra lo que nos perjudica.  Sin embargo, esos eventos, no son olvidados sino sólo sepultados en nuestro subconsciente, para emerger tarde o temprano, y aparecer como un obstáculo en nuestro desempeño cotidiano. Lo reprimido subsiste y retorna eventualmente.

En este punto es menester que analicemos un poco el concepto temporal. La primera incógnita que tenemos que desvelar es, si el pasado ya pasó ¿dónde está? Muchas personas que sienten su vida hecha un caos, deciden cambiar de lugar de residencia, con la creencia que si se cambian a un lugar donde nadie los conoce, no tendrán pasado alguno y podrán desarrollarse plenamente. Lamentablemente, como lo señalábamos en el artículo anterior, sus problemas viajan junto con ellos y terminan manifestándoseles nuevamente.
El concepto de tiempo es inseparable del concepto de espacio, tal como Einstein lo enunció en más de una ocasión.  Es decir, si cambiando el espacio crees que vas a cambiar el tiempo, estás equivocado porque es imposible hacerlo. Tu pasado te sigue a donde vayas. Por lo tanto, la respuesta a la pregunta que arriba planteamos sería: El pasado está en tu mente.

El pasado tiene una gran contundencia en tu presente, tanto que la misma palabra “presente” contiene un “pre” que significa “antes de”, como en “pre-destinado”. Y curiosamente el pasado también tiene presencia en tu futuro, tan es así que analiza como nombramos al día que sigue de “mañana”: “pasado mañana”.
Para efectos de tu subconsciente, pasado, presente y futuro son exactamente lo mismo, no hay diferencia. Los toma como si fueran uno sólo. Para poder encontrar los recuerdos enterrados que te pueden afectar, tendrás que escarbar en tus archivos mentales. La forma fácil de saber que está escondido y al acecho en las profundidades de tu mente es haciéndote a ti mismo una simple pregunta: ¿Qué me provoca miedo pensar que se pudiera repetir en mi presente?

Dicho lo cual, nos encontramos con algo que por ser tan obvio a veces no se ve, Tu presente es consecuencia de tu pasado, y eventualmente tu futuro también lo será. No obstante, la sola comprensión de este enunciado te condenaría indefectiblemente a estar atado por siempre y para siempre a los eventos anteriores de tu vida, sin poder hacer nada para variarlos porque ya pasaron.
Pero habíamos quedado en que el pasado está en tu mente, por lo tanto, aunque no se puede cambiar, sí se puede reinterpretar y eso cambia su sentido por completo y por tanto, el impacto que produce en tu vida. Los eventos que te han ocurrido, cualesquiera que sean, no son ni malos ni buenos, en última instancia depende de la interpretación que les des a los mismos.

Y ¿cómo puedes reinterpretar de otra forma, algo que te ocasionó daño en el pasado? Trayéndolo al consciente y al presente para poder disolverlo y hacer lo que tantos maestros espirituales nos han enseñado a lo largo de la historia de la humanidad, practicar el perdón, en un acto sincero y profundo, que abarque tanto a los involucrados en aquel evento, como a ti mismo.
Cuando logras perdonar y perdonarte, el pasado se transforma y de ser una carga pesada e inmovilizante, se convierte en el motor de impulsión del presente, al cual logra cambiar. Cambiando la causa, cambias la consecuencia.

De esta forma el pasado se convierte en una fuerza que puedes aprovechar para ayudarte a caminar. Cambia entonces tu pasado a través del perdón y verás que tu vida presente se transforma en un lugar bueno y maravilloso, preparándote para un futuro aún mejor.
¡Que tengas un hermoso fin de semana!