Este sitio te permitirá acceder a los artículos de Rigo Vargas publicados en el periódico "El Sol de León", en la columna del mismo título

domingo, 11 de diciembre de 2011

Tú, mi espejo - publicado el 11 de diciembre de 2011

Tú, mi espejo

Toda persona, lugar o cosa de la cual tomas conciencia, es un espejo tuyo y si se lo permites, tiene el potencial de ser un regalo para ti. Cuando observas a alguien o a algo y emites un juicio sobre lo que estás viendo, lo que estás haciendo en realidad es dando tu versión personal de aquello. Ésta se basa en tus creencias, las cuales sirven de filtro a tu percepción, para así tener finalmente una versión “personalizada” de la realidad.
No obstante, este mecanismo te permite reconocer que emociones y prejuicios albergas dentro de ti, dándote así la pauta para entender cuáles son las creencias que rigen tu percepción y por tanto, tu realidad.

Cuando sientes enojo o cualquier otra emoción desagradable en tu interior, es porque guardas esa energía en tus adentros. No se debe a lo que hizo o dejo de hacer otra persona, la situación simplemente reflejó lo que estaba dentro de ti, dándote oportunidad para sanar tu interior, al ponerlo en evidencia.
Por ejemplo, llegas a tu trabajo y tu jefe está visiblemente malhumorado. Lo saludas y te responde apenas y entre dientes. Si tu vibración energética interna es baja, lo primero que pensarás es: “¿Qué hice mal? De seguro me va a regañar. Posiblemente hasta me despida…” Acto seguido, te pones a repasar mentalmente todas las cosas posibles que hayan causado esa actitud, y sin querer ya arruinaste tu día. Al final, te enteras que su estado emocional se debía, a que tuvo un altercado con su esposa, y que por supuesto, no tiene nada que ver contigo, sino con su percepción y su reacción personal.

En el caso anterior, que suele ser extremadamente común, emitiste un juicio del estado de tu jefe, basado en tu baja autoestima. Si lo usas como espejo, entonces lo que debe ocuparte, es averiguar las causas de tu bajo amor hacia a ti mismo y tratar de corregirlas. Una vez que ya eres consciente de ello, se vuelve mucho más sencillo descubrirlo.
Pregúntate, “¿Por qué estoy haciendo esto? ¿En qué lugar guardo ese juicio sobre mí mismo, que deseo exteriorizar en él? ¿Dónde pienso que aún no soy aceptable? ¿Qué parte mía aún no amo ni acepto, y por lo tanto, juzgo? Observa a los demás y comprende que no necesitas juzgarlos porque ellos son simplemente un espejo de tu propia lucha interna.

La vibración más alta, en este sentido, es la aceptación. Va más allá del perdón, porque el perdón implica que algo se ha hecho mal. Cuando entras en ese estado te das cuenta que todas las cosas suceden de manera perfecta, tal como son, porque así es como te permiten crecer y desarrollarte, emocional y espiritualmente.
No quiere decir que te conviertas en una persona que se conforma con todo y no hace nada por evitar o cambiar lo que no le gusta, por el contario, adquiere la consciencia de que la forma en que percibes lo que te ocurre, es un indicador de la vibración de tu alma, y por ello, te puede presentar tanto lo que te beneficia como lo que te perjudica.

Más bien, actúa en consecuencia, utilizando esa maravillosa herramienta que es considerar a todos los que te rodean, como un espejo de tu vibración interior, sin juzgarlos y sintiéndote agradecido, por reflejar en ellos, todo lo que cargas en tu interior.   Eventualmente alcanzarás la dicha de vivir en amor, confianza y paz.
¡Que tengas un excelente fin de semana! 

No hay comentarios:

Publicar un comentario