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domingo, 18 de marzo de 2012

"El Artista" o Cómo sobrevivir al cambio - publicado el 18 de marzo de 2012

“El Artista” o Cómo sobrevivir al cambio

Absolutamente todo en nuestra vida posee la característica de ser dinámico, nada es estático. Desde los niveles sub-atómicos hasta el mundo macro cósmico, cada ser y cada objeto están sujetos a una constante evolución, que tratamos de comprender utilizando el tiempo como referencia.
Es parte de la naturaleza humana resistirse al cambio. El ego no soporta ser molestado con variaciones, tanto en su entorno como en su percepción. Sin embargo es precisamente esa condición de aparente “inestabilidad”, la que hace que la vida sea mucho más interesante. Si ves tu vida hacia atrás, siempre encuentras que todos los cambios de rumbo, han representado una oportunidad para hacerte mejor persona de lo que eras antes. Si tú lo permites, el cambio siempre te hará crecer.

La extraordinaria película “El Artista”, que por cierto acaba de ser reconocida por la academia como el mejor film del año, basa su premisa exactamente en ese supuesto: Un aclamado actor del cine mudo, George Valentin, le toca vivir la transición hacia las primeras películas sonoras. Cuando los productores le anuncian que su carrera ha llegado a su fin, porque la gente quiere caras nuevas que hablen, él se niega a aceptarlo y con sus propios recursos, escribe, produce y dirige otra película muda, que resulta un fracaso en la taquilla, lo que lo lleva a la ruina total y al borde del suicidio.
Sólo cuando Valentin acepta el nuevo cine sonoro y se adapta a él, su destino cambia y vuelve a florecer, retomando su rumbo. Esto es sin duda un ejemplo gráfico de cómo la vida nos va empujando, por nuestro propio bien, hacia nuevos territorios, cuando nos resistimos a dejar aquellos a los que ya estamos tan familiarizados.

El truco es aprender a fluir, no a nadar contra corriente. Una de las características más útiles que tenemos los seres humanos, es la de aprender a adaptarnos al entorno cambiante. Eso ha sido demostrado a través de la historia conocida, una y otra vez. Cuando los pueblos eran nómadas, no echaban raíces en un solo lugar, sino que emigraban de acuerdo a los cambios climáticos, siempre siguiendo los climas más benignos.
Cuando se desarrolló la agricultura como forma de vida, por fin el hombre se transformó en sedentario y se asentó en sitios que le permitían sembrar y cosechar. Gracias a que llevó a cabo esos cambios, fue que la raza humana sobrevivió y prosperó, hasta llegar a la posición en la que actualmente se encuentra. Si el hombre de aquellas épocas hubiera reaccionado como actualmente lo hacemos, podríamos imaginar a un nómada renegando porque tenía que abandonar la tierra donde ya estaba familiarizado, y luego, deprimido durante su peregrinaje hacia el nuevo sitio.

El gran enemigo que nos impide fluir con naturalidad de acuerdo a los compases que la vida nos va marcando, es la resistencia al cambio, que se ha acentuado en el hombre moderno, debido a los apegos materiales. Nos asusta tanto la idea de que nuestra vida se transforme y se adapte a nuevas circunstancias, que hacemos hasta lo imposible por mantenerla igual, sin importar el precio que tengamos que pagar por ello.
Sin embargo, cuando aprendemos a percibir la vida como una gran aventura, los cambios no sólo son bienvenidos sino que incluso son aprovechados para mejorarnos en todos sentidos. Reza una frase: “Hoy es el mañana por el que ayer te preocupabas”. Generalmente, hacemos un drama en nuestro interior (pre-ocupación), que no concuerda con lo que efectivamente pasa en el mundo físico.

 Existe otra frase que sintetiza perfectamente ese mismo punto: “No existen problemas, sólo soluciones que no nos gustan”. Cuando aprendemos a fluir, no existe ningún cambio en nuestro rumbo que percibamos como amenaza. Sólo hay que aprender a dejarlos ser y a actuar en consecuencia.
Todo aquello que esté en tus manos cambiar, y así lo desees, hazlo sin pensarlo dos veces, pero si te topas con una circunstancia mayor que modifica tu vida, abrázala, respétala y aprende de ella, porque sin duda alguna tiene algo que enseñarte. Tal vez la lección sea que sueltes tus apegos y que te conviertas en un “artista” que sabe fluir junto con ella.

¡Que tengas un maravilloso fin de semana!

1 comentario:

  1. Es muy pero muy difícil cambiar tu rumbo de vida... qué puedo decir yo si lo he vivido...

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