La vida después del nacimiento
Hace algún
tiempo, leí un pequeño relato que formaba parte de la introducción del libro de
Wayne Dyer, “Tu yo sagrado”. Aparentemente se basó en una narración de Henry
J.M. Nouwen, quien lo escuchó de fuente anónima y lo publicó por primera vez
dándole su propio enfoque. A la fecha, varios autores lo han recogido y usado,
imprimiéndole su estilo personal. En afán de compartirlo contigo, querido
lector, te entrego mi propia interpretación de este revelador cuentito, que
espero logre el objetivo de esta columna: inspirarte y motivarte.
Había una
vez, dos bebés que se encontraban en el vientre de una mujer embarazada, aún en
período de gestación. Aunque eran gemelos, sus personalidades eran totalmente
opuestas. Debido a que no había mucho que hacer en ese lugar, se entretenían
conversando entre sí. En una ocasión que hablaban sobre su existencia, surgió
el siguiente diálogo:
-Sé que es
muy difícil de aceptar para ti, pero yo creo que existe vida después del
nacimiento-
-Otra vez
con esas tonterías. No seas absurdo. ¿Qué no ves que esta realidad es lo único
que tenemos? ¡Ubícate por favor! Ya deja de estar soñando despierto y resígnate
a aceptar tu destino. Entiende que nadie ha vuelto después del nacimiento para
contarlo. ¡Esto es lo que hay y no hay más!-
-Pero… ¿No
será que esto que estamos viviendo es para prepararnos para algo que viene
después? Tal vez hasta podamos usar nuestros pies para caminar y la boca para
comer…-
-¡Estás pero
bien loco! ¿Caminar con los pies? Caminar es im-po-si-ble. ¿Comer con la boca?
¿Para qué? Si para eso tenemos el cordón umbilical que es lo que nos alimenta.
Yo no sé de dónde se te ocurren tantas estupideces-
-Es que yo
creo que todos esos movimientos que a veces sentimos, y la forma en que las
paredes de nuestro entorno se van estrechando a medida que crecemos, nos están
preparando para ir a un lugar lleno de luz que vamos a conocer muy pronto-
-Pero eres
tonto ¿o qué? No has conocido otra cosa en tu existencia que no sea la
oscuridad en la que vivimos. No conoces la luz porque nunca la has visto ¿Cómo
puedes pensar en esa fantasía? Los movimientos, la oscuridad y las presiones
que sentimos son nuestra única realidad. El estrechamiento a nuestro alrededor
es de lo que se trata nuestra vida y no nos queda más remedio que aprender a
luchar contra eso. Te guste o no, eso es a lo más que puedes aspirar a
experimentar. Nuestra vida es oscura e incómoda pero es la única que tenemos, y
no nos queda más remedio que aprender a resignarnos con lo que nos tocó vivir-
-Pues no te
puedo demostrar a ciencia cierta como
será nuestra vida después del nacimiento, pero de lo que si estoy seguro es que
pronto conoceremos a mamá-
-¿Mamá? ¿Tú
crees en la mamá? ¿Pero como puedes ser tan ingenuo para creer en semejante
invento? Aquí no hay nadie más que tú y yo. Si estás tan seguro de eso, me
podrías decir ¿dónde está?-
-Está a todo
nuestro alrededor, de hecho ella ES nuestro alrededor. Vivimos en ella y
gracias a ella-
- Pues mira,
yo nunca he visto a ninguna mamá, lo que para mí es prueba suficiente de que no
existe. Yo creo que estás alucinando. Ya deja de decir tonterías y aférrate a
tu cordón-
-Sólo una
última cosa te voy a decir, no sólo creo que exista la madre, sino que estoy
seguro que cuando lleguemos a ese lugar lleno de luz que está después del
nacimiento, nos vamos a encontrar frente a frente con ella y sentiremos una
emoción maravillosa como no hemos experimentado todavía. Y más aún, creo que
ella nos cuidará y nos enseñará ese mundo nuevo en el que vamos a habitar-
-No tienes remedio. Es inútil tratar de convencer a
alguien que no razona. Quédate con tus ideas locas, y ya déjame en paz, que con
tener que soportar esta vida oscura ya tengo más que suficiente- -FIN-
La interpretación de esta historia, queda enteramente en
tus manos, lo único que te puedo sugerir es que busques paralelos en tu vida y
en tu forma de pensar, posiblemente logres darles un poco de luz, y de paso,
elevar un poco más tu nivel de consciencia.
¡Que tengas un feliz fin de semana!
No hay comentarios:
Publicar un comentario